La duda y la incertidumbre forman parte de nuestra vida como emprendedores. . .más bien forma parte de nuestra vida en general.
¿Has visto alguien que no dude nunca y que siempre tenga claro qué opción elegir y qué decisión tomar?
Siempre hay momentos en que no sabes qué decidir ni si ese camino te llevará hasta donde tú quieres.
Lo que ocurre es que cuando eso sucede nos invade la inseguridad y nos bloqueamos sin saber qué camino elegir, aunque ya sabes que no hacer nada, también es una decisión.
Nos sentimos abrumados por la cantidad de tareas que hacer y el poco tiempo que disponemos.
Necesitas crear un plan, una hoja de ruta que te indique el camino a seguir para ir avanzando un paso detrás del otro, el punto es tener en cuenta. . .
Los recursos de que dispones
Depende del punto en el que te encuentres y de tu situación, necesitas saber de qué recursos dispones y cuáles necesitas, no solo a nivel económico, sino también a nivel de conocimiento, de herramientas y de relaciones.
No hace falta que te diga que si no tienes muchos recursos, no significa que no puedas hacerlo, solo que te llevará mucho más tiempo. Esto es así. Hay muchos recursos gratuitos, mucha información, pero si quieres sentar una buena base y ahorrarte ensayos y errores tienes que invertir en ti y en tu negocio.
Dicen que no puedes pretender que otra persona invierta en ti y en tus servicios, si tú no estás dispuesto a hacer lo mismo. Y es así.
Aunque actúes en pequeño, piensa más allá y decide el primer paso, eso ya es un gran avance 😉
El tiempo disponible
La verdad es que aunque te gustaría que el día se alargara, tiene las mismas horas para todos.
El quid es ¿En qué vas a invertirlo tú?
Tenemos un montón de distracciones, además de querer hacerlo todo nosotras, con lo cual, cómo gestionemos nuestro tiempo y donde pongamos el foco condiciona bastante que alcancemos nuestros objetivos.
Hay que planificar, establecer prioridades, poner límites, delegar tareas en cuanto podamos y sobre todo saber en qué tenemos que centrarnos y cuál es el siguiente paso a dar.
Si nuestros objetivos son ambiciosos, tenemos que ser muy conscientes del tiempo que necesitamos para conseguirlo y pensar que quizás tenemos que renunciar a algo, o cambiar nuestros hábitos si de verdad lo queremos.
Tú
Cuando quieres correr una maratón, está claro que tienes que entrenarte y que tienes que saber exactamente hasta donde te puedes exigir. De otro modo tu cuerpo y tu salud se resentirán.
En los negocios pasa lo mismo. Tienes que ser consciente de lo que puedes hacer, conocerte en profundidad para averiguar donde están tus obstáculos.
No porque sabes hasta donde puedes llegar, sino porque puedes entrenarte para ir más allá, puedes buscar la forma de conseguirlo y puedes buscar alternativas que te ayuden a avanzar de otro modo.
Igual que entrenarías para correr la maratón y que tu salud no se viera afectada, harías lo mismo en cuanto a tu negocio. De otro modo, el estrés, la ansiedad, el agobio y la frustración harán mella en ti.
Cuando empezamos o iniciamos un proyecto, un negocio o una aventura, estamos eufóricos, ilusionados, con ímpetu, con energía, con ganas de comernos el mundo, con motivación. . .
Pero ya sabemos que ese estado no podemos mantenerlo siempre, y los baches que vamos encontrando hace que vayamos disminuyendo ese estado efervescente, igual que una pastilla cuando se disuelve en el agua.
Agobiarse es el primer paso para tirar la toalla
Como lo oyes, el agobio y el estrés suelen aparecer en esa situación y nos pasamos al otro extremo, sintiéndonos desbordados y llenos de dudas.
Hay que tener la mente abierta y despejada para tener la serenidad de tomar las decisiones adecuadas y que nos acerquen a nuestros objetivos.
¿Cómo saber cuál es la más adecuada?
Utiliza tu intuición y sigue a aquellas personas que te den confianza, con las que te sientas identificada y que sean coherentes con lo que dicen y hacen.
¿Que necesitas?
Si eres una persona que está dispuesta a actuar, que no buscas razones para no hacerlo, que quieres ponerte en marcha pero no sabes por dónde empezar ni cómo aplicar todo lo que sabes porque ni aún implementando tienes resultados, realmente no necesitas trabajar más horas, ni aprender más.
Quieres hacer de todo, porque sabes que hay que tocar muchas teclas, y estás dispuesta a ponerte en marcha, solo que te cuesta diferenciar las estrategias que pueden ayudarte mejor en tu proyecto, de las que simplemente te harán dar vueltas y distraerte.
Si es así, estas dejando de vender servicios, de tener ingresos, de tener un sistema en condiciones que te ayude a atraer clientes, te sientes saturada, estancada, sin ir adelante ni atrás, estas invirtiendo mucho tiempo en probar y aprender sin saber si funciona.
Seguro que estas muy pendiente de lo que hacen los demás, estás suscrita a un montón de blogs, leyendo todos los libros y artículos que puedes e intentando ser activa en redes sociales para absorber el máximo de información posible, con consejos de unos y de otros.
Creemos que por estar más informados, estamos más preparados, pero es un arma de doble filo, el exceso puede superarnos y bloquearnos para seguir adelante.
Sabes que tienes que actuar. . .pero ¿qué hacer?
Conclusión
Tu tiempo y tu dinero son muy valiosos, así que te recomiendo invertirlos en sistemas que ya sepas que funcionan, en elaborar un plan estratégico acorde a lo que tú quieres, tus valores, tu marca personal y lo que puedes aportar a los demás.
Elige métodos probados que te orienten a resultados, de personas que sepas que les ha funcionado, aprovecha su experiencia y su conocimiento y te ahorraras un montón de tiempo y dinero.
Lo más importante para empezar a tener resultados es decidir dónde vas a poner el foco, porque junto a la constancia determinarán en gran medida que consigas tus objetivos empresariales.
Y ahora me gustaría que me contaras que vas a decidir para dar el siguiente paso en los comentarios
Muy inspirador! Creo que la parte del “tú” es básica, conocer los límites antes de que sea demasiado tarde… Un fuerte abrazo! Marta
Hola Marta,
Muchas gracias por pasarte y comentar, estoy de acuerdo contigo en que el tu es básico y a veces no lo tenemos muy en cuenta.
Saludos,
Cristina