Seguro que te estarás preguntando, pero ¿cuál es? ¿Lo puedo estar cometiendo yo? Pues lo sabrás en seguida.
Errores cometemos muchos, todo el mundo se equivoca en algún momento, sino seriamos perfectos y sabes que eso no es posible. Pero aunque a veces nos de rabia admitirlo, los errores son necesarios para nuestro desarrollo y nuestro aprendizaje. Ya sé que en el momento que te pasa, preferirías no aprender tanto y haber acertado en tu decisión, pero si lo piensas detenidamente, es cierto que cada vez, a medida que vamos cometiendo errores, nos vamos haciendo más fuertes, más seguros. . .o no.
Lo ideal
Eso es lo ideal, aprender de lo que hacemos mal para no repetirlo y poder extrapolarlo a otras acciones que estemos haciendo para aprender y generar otras opciones que nos den otros resultados. Hasta ahí, todo bien.
¿Qué ocurre cuando en lugar de tomárnoslo como un aprendizaje, nos venimos abajo, nos desanimamos, nos desmotivamos y nos frustramos? Pues que en realidad, aumentamos nuestro temor a equivocarnos, a fracasar en nuestro empeño y a no hacer las cosas como nos hubiera gustado. Si ese es tu caso, te entiendo. Pero tómate solo unos minutos para pensarlo detenidamente. Preferimos pensar que si lo hemos hecho mal una vez, podemos volver a hacerlo, y es así, es más, ese temor a equivocarnos puede llevarnos a cometer el peor error que puede arruinar tu negocio, ¿adivinas cuál es?
El peor error
A lo mejor lo has adivinado, pero por si no se te ha ocurrido, te lo diré. El peor error. . .redoble. . .es no hacer nada. O lo que es lo mismo, seguir haciendo lo que hacías hasta ahora y te está dando eso que no quieres, los resultados que tienes. Si estas contenta con el desarrollo y rendimiento de tu empresa, adelante, sigue implementando las mismas estrategias y amplíalas o testa otras a medida que quieras crecer, pero si por el contrario no tienes las consecuencias que necesitas a lo que haces, algo hay que cambiar, ¿estarás de acuerdo, no?
Muchas veces creemos que dejando pasar el tiempo a veces las cosas “cambian” por divina providencia, en el fondo lo que ocurre es que deseas que sea así, pero en el fondo sabes que es solo eso, un deseo. Porque si tú no estás dispuesta a cambiar nada, nada va a ocurrir, es más, si que va a ocurrir, va a ir a peor, porque cuando no tomamos decisiones y dejamos que las cosas sucedan a merced de las circunstancias, normalmente no nos son favorables.
Aunque creo que no te estoy revelando nada que no sepas, lo que si te convendría saber es el porqué sigues pensando que las cosas cambiaran, que ya vendrán tiempos mejores, que ya vendrán esos clientes cuando ellos quieran, que ya vamos haciendo “cosillas” para justificar nuestra falta de estrategia y enfoque o que tienes que prepararte bien para hacer lo correcto porque todavía no te sientes suficientemente segura. . . todo para esconder el verdadero obstáculo.
Todos esos pensamientos que alguna vez se nos han pasado por la cabeza son normales, pero si te duran más de unos minutos, y además se repiten, tienes que empezar a preocuparte. O mejor dicho, a ocuparte de ellos. Porque ya sabes lo que eso conlleva, bloqueo, que surjan tus fantasmas, que no te creas capaz, que procrastines, que sabotees tus acciones, que no cambies hábitos negativos, que te desmotives y que empieces a pensar en tirar la toalla.
¡STOP! Puede que te den ganas de pensar que eres una víctima, una de tantas que corren por ahí. Pero si eres consciente de ello, sabes que no hay vuelta atrás. Que si te ocurre alguna de las cosas que hemos mencionado, puede haber una salida, una opción, una solución a tus problemas, y que si no te emplearas a fondo en buscarla, no hay excusa que valga, es porque todavía no lo has decidido.
Crea tu suerte
Se tiende a pensar que a la gente que las cosas les van bien es que han tenido “suerte”, pero con desear y visualizar lo que quieres no es suficiente, hay que hacer algo al respecto. Pero es más fácil creer que la gente que llega lejos en sus negocios es porque seguro que el negocio ya era de la familia, su familia tenía dinero, o tenía muchos contactos, o tenía una inteligencia superior a la media, o simplemente tuvo suerte. Pues ha llegado el momento de crear la tuya. Como decía el dicho: “si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma tendrá que ir a por ella”, así que ponte en marcha.
Para ello necesitamos crear una realidad diferente a la que tenemos. Si, ya se, estarás pensando que se me ha ido la pinza, porque la realidad es la que es, y punto. Pero tú sabes que puede haber distintas realidades, la tuya, la mía, la de tu amiga, tu vecino. . .así que lo que hay que pensar es que con la misma mentalidad que nos ha traído hasta la realidad en que vivimos, no podemos encontrar una solución. Lo primero es decidir que quiere unos resultados distintos, que no estás dispuesta a estar esperando a ver qué pasa, así que abre tu mente y empieza a crear una nueva realidad.
Esto te puede ir bien:
El arte de hacernos buenas preguntas es mágico. Sobre todo esas que no sabemos contestar, porque significa que hemos dado con la clave para solucionarlo, nos hacen pensar, reflexionar meditar, considerar y recapacitar sobre lo que nos ocurre, básico para encontrar la solución, aunque a veces nos duela tanto o nos suponga un esfuerzo que no sabemos si estamos dispuestas a hacer. Ahí está la clave, se curiosa, averigua qué ocurre. . .
1. No sé qué paso dar, estoy bloqueada.
Los bloqueos vienen muchas veces de tener que tomar decisiones pero que nos resistimos a tomar. Tenemos mucha información y sabemos que tenemos que decidir cuál es más conveniente para nuestro negocio, peo como no queremos equivocarnos, vamos posponiéndolo, a ver si nos iluminamos. Valora las diferentes opciones y toma una decisión, aunque pienses que quizás no sea la correcta, no lo sabrás hasta que la tomes. Tienes que aprender a seguir a pesar de la duda.
2. He probado estrategias que implemento en mi negocio pero no obtengo resultados.
Seguro que conoces muchas y has podido implementar algunas, pero tienes que ir testando si te funcionan. Date un tiempo prudencial, márcate un cierto margen para valorar si te van bien y consigues los resultados que quieres, para eso tendrán que ser medibles de algún modo. Si quieres más clientes, determina si esa estrategia que estás usando te está aportando el número de clientes que quieres, si no es un número concreto, no o podrás averiguar. Ej. Averiguar si escribir artículos de Guest post me aporta 2 clientes al mes (por ejemplo). Si no es así, ¿Qué otra podría usar para que sea así? ¿Qué tengo que hacer distinto? ¿Es el texto, el tono, el tema? ¿Es en un blog con pocos seguidores? ¿o es mi falta de estrategia en las ventas la que limita mis resultados?
3. Noto que hay algo que me hace sentir incomodidad.
Por lo general tendemos a no hacer aquello que nos hace sentir incómodas, ya sabes algo que no dominemos. Así que si queremos cambiar de estrategia pero no estamos dispuestas a probar otras nuevas, ¿Cómo vas a tener resultados distintos? Hay que averiguar que implica ese cambio de estrategia en nosotras, ¿tenemos que cambiar algo que pensamos, alguna creencia nos limita a tomar acción? ¿Nos da miedo el resultado? ¿Tenemos que superar obstáculos que no creemos sea posible? ¿Hay que cambiar de hábitos? Determina si sigues saboteándote y por consiguiente no haciendo lo que sabes te acercaría al resultado deseado.
4. Se me pasan las horas y tengo aun cosas por hacer, me falta tiempo.
Ya hemos hablado largamente de la gestión del tiempo. El día tiene las mismas horas para todo el mundo, la diferencia está en lo que las empleamos. El problema es que pasamos muchas horas que destinamos a hacer un montón de acciones que no nos repercuten en el resultado de nuestro objetivo. Somos especialistas en ocuparnos todo el día sin enfoque ni estrategia y por consiguiente se nos pasa el día y nos quedan un montón de tareas “importantes” por hacer. Prioriza, planifica tu estrategia y sistematiza. Para mi eso ha sido un antes y un después en mi negocio, liberándome mucho tiempo y multiplicando mis resultados.
5. Sé que necesito más visibilidad pero no me gusta exponerme.
¡No sabes lo que te entiendo. . .! Yo viví en una situación contradictoria por mucho tiempo. Mis negocios reclamaban visibilidad para incrementar ventas y mi corazón y mi cabeza se resistían, hasta que me di cuenta que o lo superaba de una vez por todas, o no podía emprender negocios. Si hemos llegado hasta aquí, puedes adivinar lo que decidí.
Frente a la creencia de que era mejor pasar desapercibida, junto con la inseguridad que me provocaba estar expuesta a los demás, que me juzgaran, que opinaran, que me equivocara al fin y al cabo, tenía el coraje de conseguir mis propósitos, de vivir como quería, emprender, aportar mi granito de arena, así que me enfrenté a ello, de hecho tengo que confesarte que todavía me lo tengo que trabajar todos los días, para seguir pensando que hice una buena elección y asumir que lo que haga puede no gustarle a todo el mundo, pero mi intención es de lo más natural y siempre hay gente que apoya lo que haces y te quiere por lo que eres. Y no le importan tus errores, porque ellos también los cometen.
6. No tengo nada que me limite, pero no obtengo lo que quiero.
El pensar que no tienes limitaciones de ningún tipo es algo difícil de creer. En mis formaciones frecuentemente hay alguien escéptico que cree no tener obstáculos, pero tampoco vive la vida que desea, así que alguno habrá. . .simplemente todavía no lo ha visto o prefiere no verlo por la obligación que tendría de hacer algo con esa información. No podemos ir por la vida creyendo que lo sabemos todo, porque no nos quedará espacio para que entre nada nuevo. . . y. . .ya sabes, ¿Qué vas a aprender entonces? Creo que realmente eso no es posible, siempre hay algo que superar, porque sino no habría desarrollo, no habría crecimiento, no habría nada, así que busca en tu interior.
Resumiendo, el error más grande que podemos cometer es no hacer nada, no tomar decisiones, no generar opciones, no buscar alternativas y pensar que lo que nos preocupa no tiene solución. Solo que a lo mejor la solución no es de tu agrado.
Me encantaría que compartieras que error puedes haber cometido que te lleve a no tener los resultados que deseas, con tu testimonio puedes ayudar a otras personas que les pase lo que a ti. Yo, menos el último, me los he trabajado todos en algún momento de los muchos negocios que he tenido.
Un abrazo,
Deja una respuesta