¿Te has preguntado alguna vez por qué unos anhelan lo que otros son, hacen o tienen y en cambio los que lo consiguen no se sienten felices?
Éxito es quizás una palabra que usamos a la ligera, sin habernos permitido el tiempo y el esfuerzo de ahondar en ella, para encontrar un significado que nos identifique y le dé sentido. Tu sentido.
Frente a la pregunta de qué es lo que quieres, ¿te has respondido alguna vez ser feliz y tener éxito? Seguro que estamos de acuerdo en que la finalidad es esa, pero hay tantos significados y maneras de conseguirlo como personas existen en el planeta.
Así que no vale generalizar, hay que ser específicos y determinar qué significa para ti. Está relacionado con tus valores, lo que es importante para ti y lo que quieres que rija tu vida.
El éxito no es una meta que hay que conseguir, sino un proceso. No es lo que tienes o logras, sino una manera de vivir, te centras siempre en lo que te falta y no valoras todo lo que has conseguido. Que quieres más, perfecto, que quieres mejor, genial, por supuesto, pero no es algo que simplemente alcanzas y ya está, es algo que vas construyendo cada día, a cada paso, un estilo de vida, un hábito mental, una estrategia permanente.
El éxito a veces se entiende de manera casual, como que tienes suerte en la vida, que te viene por inspiración divina y ajena a tu voluntad. Pero tú y yo sabemos que no es casual, sino causal, es como Picasso que dijo una vez cuando le preguntaron cómo le venía la inspiración, y respondió que siempre que le venía lo pillaba trabajando.
Para ello, necesitamos tener unos patrones de acción y voluntad de hacerlo lo mejor posible, porque el camino de la excelencia y la disciplina nos llevaran a conseguir nuestros propósitos. Eso lo tenemos al alcance de todos, pero parece ser que no todos somos conscientes de que podemos utilizarlo o simplemente no estamos dispuestos. Hay que poner mente y cuerpo a trabajar de forma inteligente, el éxito está detrás de trabajo, acción y más acción y lleva su tiempo. Evidentemente depende de lo que hagas que lo consigas antes o después, pero que puedes hacerlo, no te quepa la menor duda.
Antes que nada, tienes que pasar por el punto de qué quieres conseguir en la vida, cómo quieres sentirte, realizada, querida, que aportas a los demás, si vives como quieres. No vale hacer una vaga descripción, hay que ser específicos en lo que queremos, sino no sabremos si lo hemos conseguido.
Pregúntate: ¿cómo sabré si tengo éxito? ¿Qué tiene que ocurrir para que me dé cuenta de que tengo lo que quería? ¿Cómo tengo que vivir para ser consciente de que lo conseguí?
El éxito lleva su tiempo, queremos el camino más rápido, pero la realidad no es así. Para conseguirlo tienes que trabajar una buena base, sólida y tienes que tomarte el tiempo y la dedicación necesaria.
Si te centras en no hacerlo mal, no “fracasar” como algunos lo llaman (aunque yo prefiero nombrarlo “resultados no deseados”), te enfocas en ello y te alejas de lo que realmente te hace sentir bien.
A veces envidiamos situaciones de otros que creemos han conseguido lo que nosotros queremos, pero no tenemos ni idea del esfuerzo y de las barreras que han tenido que vencer esas personas para llegar hasta allí. Hay que definir qué significa para nosotros y crear nuestro propio concepto de éxito. Es personal e intransferible.
Los activadores para el éxito los encontrarás en la pasión de ser y hacer algo grande (para ti, evidentemente), en la confianza en ti, en lo que eres y puedes llegar a ser, en tu estrategia y tu capacidad para organizar y aprovechar los recursos de que dispones y conseguir los que te faltan, en la claridad para valorar lo que vale la pena y lo que no, en la energía para aprovechar todas las oportunidades que se te presentan todos los días y no desperdiciar tu tiempo, y en tu capacidad de conectar y relacionarte con los demás, puesto que somos seres sociales, y hay que trabajar en equipo, para y por las personas, comunicarte con los demás y poder compartir todo lo que consigas. Para mí no tiene sentido conseguir nada si no lo puedo compartir con los míos.
Me he planteado cuales eran las claves para sentirme una persona de éxito y te comparto lo que creo más importante.
Gestiona la frustración para que no influya en tu autocreencia.
Hay tantas cosas que te frustran… y estas son muy capaces de romper todos tus sueños en pedazos. Empiezas a dudar de tus capacidades, a sentirte vulnerable, a pensar que quien te has creído que eres, a sentirte pequeño frente a los demás, siempre habrá alguien que haya conseguido más que tu, sea mejor que tu, más preparado que tu, tenga la vida que tu quieres. Pero esa actitud negativa destruye tu disciplina y sabotea lo que tienes que hacer, así que si quieres, tendrás razón. Tú verás.
Es un fastidio no conseguirlo, pero ¿Qué he aprendido de eso? ¿Puedo hacerlo de otro modo? ¿Tengo que modificar algún paso de mi plan para lograrlo?
Al final, quedan dos grupos: los que lo superan, y los que se quedaron deseando hacerlo ¿a qué grupo quieres pertenecer tú?
No tengas miedo al no.
¿Influiría tu comportamiento si supieras que lo que ibas a hacer saldría bien? ¿Cuántos noes estás dispuesto a aguantar? ¿Dejaste de acercarte a alguien por temor a que te ignorara, te dijera que no? ¿No presentaste una propuesta pensando que no la iban a elegir entre las miles que se presentaban?
El miedo al rechazo evita que hagamos muchas cosas que ni siquiera intentamos por no sufrir lo que consideramos un “desprecio” o para protegernos y no dañar nuestra autoestima. Pero: ¿tienes una bola mágica de cristal donde adivinas el futuro? No creo. Así que no sabemos lo que va a suceder, simplemente te pones en una posibilidad, en la peor, que solo tiene el 50% de probabilidades de existir (50% no, 50% si). Los noes tienen que servir de estímulo, porque significa que un sí está más cerca.
Parece que te estoy oyendo decir: mira ésta, qué fácil lo ve. . .No es fácil ni mucho menos. Es algo que ha marcado el cierre de la mayoría de mis negocios, así que hablo con conocimiento de causa. Es una de las razones de sabotaje más frecuentes, algo que los profesionales de hoy en día no nos podemos permitir (de hecho, ni de hoy, ni de nunca), porque gran parte de nuestro éxito depende de la capacidad de vencer ese obstáculo. Vender, vendemos todos, nos guste o no.
Vendemos desde el momento en que estamos expuestos a los demás, para seducir a nuestra pareja y que nos elija a nosotros en lugar de a otra, para que contraten nuestros servicios en lugar de la competencia, ¿porque tu no vives en una cueva aislada, no?
Algunos le llaman timidez, otros poco sociables, llámalo como quieras, pero pregúntate en que te está ayudando no superarlo.
Trabaja tu disciplina.
Sabes que el camino no será recto, no será llano, no será corto y casi con toda seguridad no será lo que esperas. Nos hacemos una idea acerca de lo que habrá que recorrer, y sabemos que habrá obstáculos, retos y limitaciones que superar. Habrá muchos momentos en que tengamos ganas de tirar la toalla, de pensar: ¿quién me mandaba a mi meterme en este embolado?, o con lo bien que estaba yo antes sin tener que pasar por todo esto…
Conozco muchos emprendedores que han desistido de su proyecto o negocio porque no pensaban que tener un negocio conllevara tantos dolores de cabeza, o tanta presión, o decían: trabajo más que cuando lo hacía por cuenta ajena, o incluso porque no sabían que había que pagar tantos impuestos.
Y eso probablemente es porque sus expectativas no se corresponden con lo que habían imaginado, entonces viene la desmotivación, la apatía, y el no me compensa. Lo que te ayudará a seguir, a pesar de tener bajones y a pesar de que las cosas no vayan como quieres, es analizar, corregir rumbo si hace falta, pero sobre todo perseverar y ser disciplinados, puesto que nos hará ganar una pequeña batalla todos los días, hasta la victoria final.
No subestimes el poder de la disciplina, porque si no haces, los resultados no vienen, eso está claro.
Controla tu economía.
Todos tenemos necesidades, todos tenemos problemas y cada uno lo vive de una forma distinta. A lo mejor lo que para uno que se le ha estropeado la bomba de la piscina y se le ha despedido el jardinero es un problema, para otro que no puede llegar a fin de mes para pagar el colegio de los niños, pues no se lo parece. Pero hay que tener en cuenta desde qué prisma lo estamos viendo. Para el primero, le supone un problema tener que buscar a alguien y perder el tiempo en algo para lo que no quiere perder ni 5 minutos y el otro piensa que ojalá tuviera “ese” problema.
Una de las principales causas de que mucha gente no hace lo que dice querer, es la falta de recursos económicos, pero pocas son las que se plantean una estrategia planificada para conseguir dinero, aunque sea a cambio de algún “sacrificio” o a cambio de pagar el precio necesario.
Da sin esperar nada a cambio.
Eso me lo aplico cada día en todo lo que hago, porque al final siempre recibo más, de mi familia, mis amigos, de mis clientes.
Cuando damos, lo hacemos desinteresadamente, no porque esperamos algo a cambio. De ese modo no nos crearemos expectativas, ni estaremos pendientes de lo que hacen los demás, solo hay que centrarse en dar. Nadie te lo pide, así que si lo haces porque quieres, porque te apetece, hazlo simplemente y disfruta con ello.
Con los clientes pasa lo mismo. Yo les prometo lo que estoy dispuesta a cumplir, todo lo mejor que puedo, pero siempre hay ese valor añadido, aquello que significa la diferencia entre un buen servicio y un servicio increíble. Porque al final, se trata de vivir experiencias y no siempre implica mucho más tiempo o esfuerzo por tu parte, pero sí dar importancia a los detalles que a esa persona le harán sentir especial, que la tienes en cuenta y que te importa.
Disfruta de lo que haces.
Ya se que unas tareas te gustarán más que otras, pero tienes que verlo de un modo global. Es importante dedicarnos profesionalmente a una actividad que nos guste, que nos motive, que nos apasione, porqué invertimos gran parte de nuestro tiempo. Estoy segura de que no quieres dedicar parte de tu vida a hacer algo que ni te va ni te viene, solo esperando el fin de semana. Cuando te involucras en algo que te mueve, no te da la sensación de estar trabajando, sino disfrutando.
No son muchos los que lo consiguen, conocemos más personas descontentas con lo que hacen con su vida que personas muy satisfechas y plenas que te dan un chute de energía positiva y motivadora cuando te relacionas con ellas. Se necesita mucha acción perseverante, y tenemos muchas distracciones, muchos conflictos internos y poca consciencia de cómo vivimos.
El éxito no es lo que te sucede, sino qué haces tú frente a lo que sucede porque siempre tomamos cartas en el asunto, el tema es cómo vas a jugarlas.
Me encantará saber tu opinión, ¿qué es el éxito para ti?
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